“El día que decidimos instaurar el día de la verdad, no pudimos predecir lo que desencadenaría. En
pocas horas, se destrozaron varias vidas.
¿Sinceridad? Huid de ella como si fuera la peste.
Todos decimos que estamos preparados para saber la verdad, pero no es cierto”.
Así que, te haces escritora y puedes mentir y mentir,
con total libertad.
Siguen acosándome con esa pregunta de “¿por qué con
seudónimo?”.
No creo que sea tan difícil de entender, pero
despliego todo ese abanico de respuestas, repetidas hasta la saciedad, porque
aquellos que me lo preguntan tienen mi cariño en un puño, pero mi paciencia al
límite.
¿Por qué debería generar interés mi nombre o mi cara,
mis aficiones o mis opiniones maquilladas para el márquetin? Yo no importo en
esta andadura de escritora, importa aquello que escribo. Nada más… Y nada
menos.
Cuando te decides, nada puede pararte, ni siquiera
la incertidumbre de si gustarás, o si, sencillamente, te perderás entre los
millones y millones de libros editados. Y esto último, ¿acaso importa?.
Escribo porque lo necesito. Y esa necesidad, se nutre
y me realiza, a través de mis escritos. Ellos ganan siendo publicados en el
medio que sea, y yo me rindo, ante tanta buena suerte.
Se inicia el camino.